Reflexión en el marco del 94 Aniversario del PRI, por Martín Pineda Selvas

Hoy cumple un año más de vida el PRI y más vale reconocerlo, quienes militamos en él, los dilemas y cuestionamientos que nos impone México respecto al futuro de esta organización política.

Ahondar o citar las causas de los por qué el Partido se encuentra así, frente a la sociedad mexicana, es llegar a lugares comunes que ya se han reflexionado.

Sin embargo hay que puntualizar sin que ello nos sirva de consuelo o de relajamiento, que, los sistemas de partidos en el mundo están en crisis, aún en aquellos países que tienen una democracia más añeja y consolida que la nuestra, aún en ellos, la demagogia encuentra un lugar para prosperar.

De los méritos que tiene el PRI y que le es incuestionable, es que, cuando fue heterogéneo en el poder, nunca cayó en la tentación de ejercer éste con un brazo armado, llámese ejército o delincuencia organizada -como hoy ocurre-.

Un tema más que se le tiene que reconocer es que, por causas internas y externas -si se quiere- permitió, sin oponerse, la libre, efectiva y ya irrenunciable competencia electoral, que no es más que, el presidente en turno no deje a sucesor, y que hoy se comprende de cuan valioso es esto para un país, ahora, que ese derecho humano está jaqueado por instrucciones personales de quien vive en un Palacio Nacional.

He oído diferente diagnósticos para el PRI respecto a su porvenir y el papel que jugará en el México del futuro y más allá de los distintos pareceres, lo importante es, qué queremos hacer los y las que deseamos hacer del PRI, una organización que gane puestos de gobierno y legislativos y demostrar en esos puestos, qué hay hombres y mujeres priistas decentes y honestos.

Lo primero qué hay que hacer y empezando por quienes tienen la oportunidad de estar en la toma de decisiones, comportarse, en los hechos, íntegros y transparentes en el ejercicio de sus funciones.

Lamentablemente para el país, la ”bandera” -el ejemplo-, para no ser corrupto está muy baja cuando observamos que quienes gobiernan vendieron hasta el fastidio de ser anticorruptos y de ser diferentes.

Yo tengo mi opinión pero que sea la ciudadanía, el electorado a boca de urna que decida, previa reflexión, qué tan anticorruptos o diferentes son.

No hay de otra para las y los priistas, en tiempos que desde el Poder se exige lealtad ciega, cero tecnicismo y obediencia sin límites, que mirar a México de frente y demostrar con hechos que somos diferente a la 4T, la cual representa nuestro pasado por el modo, estilo y practicas del señor de Palacio Nacional.

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